Orígen
Su origen está ligado a la existencia del hombre, cuando, con fines mágicos y de protección, los primeros habitantes de la tierra se adornaban con conchas, piedras o flores. También los egipcios utilizaron cuentas de hierro, como demuestran los restos encontrados.
Años 20: Coco Chanel
Pero tuvo que llegar Coco Chanel, quien popularizó en los años 20 la bisutería como hermana pequeña de la joyería. Lo consiguió con el uso de cristales en los collares. Fué una revolucionaria en el mundo de la moda, una mente liberada de los prejuicios burgueses, creadora y defensora de los complementos. Quería que se notara que no eran auténticos.
Coco Chanel fue la primera en tener la idea de introducir perlas de imitación y gemas de color poco comunes, pensando que las joyas debían de llevarse como accesorios de moda y no como exhibiciones de riqueza o de ascendencia noble. "Es el accesorio el que hace o deshace a la mujer" , decía
En 1924, Chanel abrió sus talleres de joyería y empezó a utilizar estrás (vidrio decorativo a base de arena, bórax, arsénico y otros elementos) y perlas de imitación tratando de combinarlas con piedras preciosas. Fue en 1932 cuando lanzó su primera colección y comentó que su objetivo primordial era cubrir a las mujeres en hermosas constelaciones.
En la década de los 80 el diseñador Kenneth Jay Lane se hizo famoso por vender bisutería tanto a la élite neoyorquina como a las divas de Hollywood. Estas piezas de joyería falsa con las se adornaban Jackie Onassis o Liz Taylor
Mientras Coco Chanel estaba imponiendo moda ” y luciendo sus grandes piezas de bisutería, en los años treinta, Elsa Schiaparelli hizo grandes colecciones de joyería utilizando siempre el ingenio y el humor que la han caracterizado. Sus diseños abarcaban desde broches en forma de patines, pulseras con colgantes e inclusive agujas con piernas de can-can.
Años 40En los años cuarenta y cincuenta, Nueva York se convirtió en todo un centro artístico gracias a las películas que se transmitían en cine y la televisión. Las norteamericanas quedaban fascinadas y deseaban las copias exactas de los vestidos y joyas que lucían sus estrellas favoritas. La manera más sencilla de conseguirlos fue por medio de revistas femeninas y catálogos de moda populares.
Así como sucedió en la vestimenta , pasó lo mismo con la compra de metales preciosos. Las mujeres, como de clase alta y media, optaron por comprar la bisutería para tratar gastar menos dinero y poder embellecer la sobriedad que vestían para trabajar.
Después de la guerra, la bisutería no se dejó de usar y continuo creciendo de forma masiva, hasta que en el año 1946 se calculó que las ventas llegaban hasta 200 millones de dólares.